Explotaciones Sostenibles

Un referente agroecológico internacional: La Junquera

Casi 2.000 personas pasan cada año por La Junquera, una explotación y aldea murciana especializada en técnicas agroecológicas. Entre ellas hay universitarios europeos que llegan para desarrollar aquí sus tesis de fin de máster; grupos de visitantes en edad escolar; y también empresas y profesionales ya curtidos, que quieren ampliar su cualificación. Dos poderosos pilares le dan sentido: un enfoque regenerativo real, rentable y escalable; y la formación sobre estas técnicas que llevan aplicando más de diez años. Un bagaje que ha merecido una mención en los pasados premios ARIA de la Red Europea de la PAC.

La prehistoria del proyecto La Junquera empezó en 2012, solo con un nombre, Alfonso Chico de Guzmán, y una idea de agronegocio casi convencional. Poco antes, parecía que su relevo generacional iba a ir por la Administración de Empresas, profesión de su padre y su abuelo, pero ya en sus años finales de ADE, que cursó en Boston, Alfonso alimentaba la morriña de casa y de los áridos terrenos que su familia tenía en esa remota aldea de Caravaca de la Cruz viendo programas de TV como Aquí la Tierra y con lecturas sobre permacultura y agricultura regenerativa: "Me llamaba la atención estar conectado así, con lo que veía de cosas innovadoras en el campo, y buscar un poco la solución al problema de que cada día hubiera (allí) más piedras y menos tierra". Así que, a su vuelta, y como lo que realmente le gustaba era el campo, se fue para allá y decidió probar.

Empezó con 2.000 m2 que le cedió su padre. Dos hectáreas al año siguiente. Sus primeros cultivos ―”tomates ecológicos de variedades autóctonas, que eran muy buenas”― no funcionaron comercialmente, porque era un producto gourmet y local, sí, pero demasiado estacional para un periodo, en verano, sin apenas compradores en esa zona tan lejos de la costa. Fue el contacto con otros grupos y personas afines a su visión de la agricultura lo que lo convirtió en un proyecto colectivo, y definió su actual enfoque formativo-productivo. Los primeros aliados fueron la fundación Commonland y la asociación Alvelal. Y poco después se conformó la actual estructura, incorporando superficie trabajada ―1.100 hectáreas― y nuevos compañeros y proyectos: como Yanniek Schoonhoven y la Regeneration Academy, o el Campamento Altiplano para restauración de ecosistemas. Hoy la integran 12 personas que han rehabitado la aldea (abandonada muchos años) y desarrollan allí su trabajo, siempre en el marco de la agricultura regenerativa (zanjas de infiltración, charcas, cubiertas vegetales, corredores de vegetación natural...).

Jacobo Monereo, integrante de La Junquera desde 2019, comenta claves y evolución de la Regeneration Academy: “Empezó con un programa de investigación, que aún se mantiene, en el que trabajamos con estudiantes fin de master de universidades de toda Europa (unos nueve por año), para que vengan a hacer sus investigaciones. Aquí les dirigimos y, sobre todo, les enseñamos qué es la agricultura regenerativa implementada de verdad, no en un libro”. En su evolución se han reformulado como fundación: “Trabajamos seis personas, focalizados en la investigación, en la formación y en la divulgación de la agricultura regenerativa”, como “una especie de engranaje que conecta la investigación con la realidad del sector primario que son dos mundos totalmente diferentes”. La formación está siempre adaptada a los diferentes perfiles, desde estudiantes en sus tesis a los 600 estudiantes de secundaria que les visitan a lo largo del año. También hay un espacio “fundamental” para programas intensivos como los Crash Course para profesionales, o los cursos que organizan “a demanda” para que “si a una organización, una empresa, le parece interesante y quiere traer a su gente, pueda hacerlo”. […]

Texto: Javier del Peral / Fotografía: La Junquera