Entrevista
Marta Guadalupe Rivera Ferre
Profesora de Investigación en INGENIO (CSIC-UPV)
"La soberanía alimentaria es una propuesta absolutamente política"
El alimento, el sustento de todos los seres vivos, está en el centro de un debate que muestra diferencias ideológicas y elige modelos de producción y organización social. Aunque pueda ser al mismo tiempo economía, cultura, salud, mercancía, empleo, derecho humano o bien común, poner el acento en uno u otro concepto es significativo del modelo productivo elegido.
La soberanía alimentaria surge como respuesta a un modelo industrial que primó la producción y el comercio sobre las otras visiones, justificado con el argumento de acabar con el hambre en el mundo. Otros valores se abren paso de la mano de esta soberanía que pone el acento en el derecho humano a la alimentación y lleva asociado un modelo productivo agroecológico, de explotaciones más pequeñas y mercados de proximidad. ¿Pueden convivir ambos modelos? Marta Rivera Ferre, experta en soberanía alimentaria y agroecología, aclara conceptos y responde al interrogante.
¿Qué es la soberanía alimentaria?
La soberanía alimentaria, básicamente, es una propuesta que hace Vía Campesina en el año 1996 y la plantean como un derecho. El contexto es el nacimiento de la Organización Mundial de Comercio. Observan cómo la globalización del sistema alimentario y su industrialización tiene un fuerte impacto en los pequeños productores y en su capacidad para decidir sobre su tierra, su producto y en la negociación comercial.
Es el derecho de los pueblos a decidir sobre el sistema alimentario basado en modelos de producción sostenible y en el derecho a la alimentación, lo que implica una alimentación culturalmente apropiada, basada en circuitos cortos locales y en los productos del territorio.
¿La soberanía alimentaria es una propuesta política?
Es una propuesta absolutamente política que, además, pretende recuperar también el rol que tienen los Estados en la definición de las políticas agrarias. Intenta democratizar el sistema alimentario para que los consumidores puedan formar parte de la toma de decisiones en las políticas agroalimentarias.
En el movimiento de soberanía alimentaria, ¿qué papel tienen los Estados?
Hay gente que entiende que el rol de los Estados debe ser más pequeño, para que la ciudadanía tenga un papel más relevante. Y otra línea plantea que los Estados tengan el papel fundamental de universalizar el derecho humano a la alimentación, reconocido en España por la firma de distintos tratados internacionales.
¿Qué otras condiciones están asociadas a ese derecho a la alimentación?
Implica el acceso de los pequeños productores a la tierra, a medios de producción y a los mercados; implica la culturalidad en la alimentación para recuperar, en nuestro caso, una dieta mediterránea saludable, alejada de la llamada dieta occidental, que afecta a la salud de las personas, pues genera sobrepeso y obesidad, y genera problemas biofísicos porque supera la capacidad de producir alimento del planeta para toda la población.
Habla de la dieta. ¿No es esa una opción individual?
No es tan individual. Si tenemos a 1.900 millones de personas en el mundo que tienen sobrepeso y obesidad, no es porque hayan decidido individualmente comer mal, es porque hay unas condiciones externas que facilitan que la gente tome una decisión inadecuada en la compra y la preparación de sus alimentos.
La decisión de compra es individual, pero los elementos que la facilitan son políticos. Que sea más barato alimentarse de una dieta poco saludable y poco sostenible es un elemento político. [...]
Texto: Ismael Muñoz / Fotografía: Jaume Ferrando