El FEGA, organismo autónomo encargado en España de la correcta gestión de los fondos de la PAC, cumple treinta años. Demostrar un buen uso de esos fondos es fundamental porque, en buena medida, la asignación de la próxima reforma depende de un uso eficaz de esta inversión. Pero, en este tiempo, el FEGA ha sido, además, un dinamizador tecnológico del sector, garantía de que el dinero de las ayudas llegaba a tiempo a agricultores y ganaderos y de que el trato de la administración era homogéneo en todo el territorio nacional. De las solicitudes que recibe cada año se puede hacer un retrato de la agricultura y ganadería en España, observar su evolución y prever los grandes retos a los que se enfrentan.
En primer lugar, enhorabuena; treinta años no se cumplen todos los días
Muchas gracias. Decidimos celebrarlo este año porque cuando fue el veinticinco aniversario era el año covid. Treinta también nos parece una cifra muy redonda como excusa para reivindicar la labor del FEGA.
¿Cuáles son los objetivos principales de esta celebración?
El primero, dar visibilidad al organismo. Tenemos más de 7.500 millones de euros de presupuesto y, sin embargo, somos un gran desconocido fuera de la PAC. El segundo objetivo es agradecer el trabajo a los 215 profesionales que forman parte del FEGA y a todos los que han trabajado en estos treinta años con un gran compromiso de servicio público.
Definamos en pocas palabras cuál es la misión del FEGA
Nuestra misión es garantizar que las ayudas de la Política Agraria Común lleguen a los agricultores y ganaderos, cumpliendo la normativa y en los plazos previstos, obviamente reduciendo correcciones financieras y cualquier riesgo, ya que tenemos que proteger los intereses financieros de la Unión Europea.
¿Cómo realiza esta misión y qué relación tiene con las comunidades autónomas, que son las principales pagadoras?
El FEGA tiene dos funciones, como organismo pagador y como organismo de coordinación. Como organismo pagador hemos sido un organismo pagador pequeño; las competencias las tienen las comunidades autónomas. Normalmente, sólo pagamos las ayudas de ámbito supraautonómico; por ejemplo, las de la promoción de alimentos españoles, a la innovación, a las entidades asociativas prioritarias, al asociacionismo, o a la digitalización.
La excepción son las ayudas extraordinarias que paga el FEGA desde 2022 ante situaciones excepcionales, como la compensación por el incremento de costes por la guerra de Ucrania, las ayudas por la sequía o, ahora, a los agricultores afectados por la DANA. La excepción supone más de 1.250 millones de euros desde 2022.
Pero el día a día con los agricultores suele ser de las comunidades autónomas. Como organismo de coordinación, nuestro papel es armonizar la aplicación de la política agraria y de los dieciocho organismos pagadores de los fondos de la PAC que hay en España, para que todos los agricultores españoles reciban un trato armonizado y homogéneo, y, principalmente, las ayudas necesarias y en tiempo. Somos el eslabón, la correa de transmisión entre lo que sucede en Bruselas y el día a día de la gestión que desarrollan las comunidades autónomas. [...]
Texto: Ismael Muñoz / Fotografías: FEGA
