Antes de constituirse como asociación eran un grupo de jóvenes amantes del teatro y la cultura. Hoy, quince años más tarde ―media vida más tarde, por su edad actual― Sambrona es un relevante emisor sociocultural en Alburquerque y en toda Extremadura, reivindicando la capacidad transformadora del arte en un medio rural vivo. Con fuerte conciencia asociativa y feminista, un eje fundamental de su actuación son las Micro-Residençias Artísticas que vienen desarrollando desde 2016. Otro es su capacidad de generar alianzas, como la que ahora tienen con el próximo congreso iberoamericano de Socialización del Patrimonio en el Medio Rural, que acogerán el próximo otoño.
El objetivo de Sambrona es propiciar el acercamiento de los jóvenes a la cultura contemporánea desde una actitud activa y crítica. Lo cuenta Montse Ventura, una de sus tres cabezas visibles, junto a Jose Manuel Tienza y Victoria Paniagua. En sus primeros años se notaba su origen teatral y abundaban proyectos escénicos, pero ya había una fuerte conexión con el pueblo, como en su documental 20 FM Esencia, que hicieron en 2013 sobre el Festival Medieval Villa de Alburquerque.
A partir del 2016, y con las herramientas que habían adquirido en sus respectivas formaciones, relacionadas con el arte o comunicación, comenzaron sus Micro-Residençias Artísticas (escrito así, con cedilla, como acto autoafirmativo) para ayudar a que los jóvenes artistas en residencia pudieran realizar creaciones más experimentales y radicales. “Teniendo en cuenta algo que para nosotros era muy importante ―remarca Montse―: que todo artista que viniera a Alburquerque se tenía que relacionar con Alburquerque. No queríamos que viniera un artista sin dejar nada a cambio. Creo que eso es una de las cosas más bonitas que tenemos dentro del proyecto”.
Residencias con una fuerte escucha
Laboratorios artísticos, encuentros, programas de radio y televisión, cortometrajes, publicaciones... han sido algunos de los canales expresivos de los más de 50 residentes que han pasado por Alburquerque estos años. Hasta 2019 cada convocatoria contaba con varios artistas. A veces, muy experimentales ―”a nosotros nos gusta mucho la performance, la parte de reflexión”, explica Montse―, pero han acogido bailarinas, artistas plásticos, músicos, escritoras..., “un poco de todo”.
Luego llego el parón del covid en 2020, la financiación empezó a bajar, y se plantearon algunos cambios. En vez de convocatorias, “lo que hacemos ahora es conocer artistas e invitarles a que vengan”. En algún caso son colaboraciones a largo plazo, como la residencia intermitente que está haciendo desde 2021 Jose Iglesias García-Arenal: “Me invitaron a hacer un proyecto a desarrollar en cuatro años, que sirviera de memoria dentro de 20 años”. Se trata de los Cuentos del desierto por venir: un conjunto de testimonios de vecinos y vecinas de Alburquerque en torno a dos crisis que se solaparon en el pueblo ―una económica, a escala local, y la sanitaria global― que él está convirtiendo en imágenes y relatos. “También haremos una pieza de video, con un enfoque más poético ―añade Jose― y se cerrará con una publicación”. [...]
Texto: Javier del Peral / Fotografía: Asociación Sambrona