Entre vellones de lana. Así se criaron Ramón y Jesús Cobo, dos primos que viendo cómo decaía el negocio familiar de la lana se han propuesto recuperarlo para dar a este material el gran valor que tiene. Wooldreamers es el proyecto y el sueño que los Cobo comenzaron hace más de cuatro años en la localidad conquense de Mota del Cuervo, donde, siguiendo procesos certificados y estableciendo la trazabilidad entre ovejas y madejas, transforman los vellones de los ovinos en ovillos de lana codiciados por las personas que tejen a mano. Su última aventura es Wool4life, una serie de productos de lana que fabrican con artesanía ética y de vanguardia.
España ha sido históricamente una potencia mundial en producción de lana. Desde el siglo XIII, cuando se creó la Real Sociedad de Ganaderos de la Mesta, hasta principios del siglo XIX, poseer ovejas y comercializar y exportar sus vellones era una actividad económica considerable que generaba importantes ingresos a los ganaderos. Siglos después, la situación actual es bien diferente: las fibras sintéticas han desplazado a las naturales, y en los últimos años cada primavera, tras la esquila, los ganaderos se quejan de sus excedentes de lana, de los problemas para comercializarla y del valor que ha perdido. Ha pasado de ser una materia noble a convertirse en un residuo.
Parte de esta historia la conocen bien los Cobo, dos primos que son ya la cuarta generación de un negocio familiar vinculado a la lana desde inicios del siglo XX. Su abuelo Julián comenzó a trabajar en el taller de mantas de Victoriano López, ubicado en Mota del Cuervo, Cuenca. Décadas después, Julián tomó las riendas de dicho taller y con el tiempo incorporó a sus hijos. A lo largo de este tiempo, el negocio supo adaptarse a los cambios de la sociedad: de tejer mantas para mulas pasaron a preparar hilos para alfombras y moquetas. Pero en la década de los 90 el negocio comenzó a perder su valor.
Actualmente, los Cobo siguen trabajando en la producción industrial de alfombras y moquetas, pero además están inmersos en varios proyectos con los que se han propuesto hacer una transición y recuperar el brillo de la lana. “Queremos darle el valor que tiene, trabajar con una fibra de calidad, procedente de ganaderías con las que colaboramos, y hacer un producto sostenible”, afirma Jesús Cobo, quien conoce bien el mundo de los ganaderos y de los esquiladores porque cada primavera organiza y acompaña a cuadrillas procedentes de Uruguay (hace tiempo que en España es difícil encontrar profesionales cualificados para esquilar).
Trazabilidad y sostenibilidad
En 2019, a raíz del auge de tejer a mano, los Cobo apostaron por adaptar su negocio a la demanda social y crearon Wooldreamers. “Nos negamos a que nuestro oficio desaparezca cuando trabajamos la más noble de las fibras”, aseguran en su página web. De este modo, comenzaron a producir y comercializar directamente una nueva línea de ovillos de lana con trazabilidad, donde se identifica el ganado y la raza de la oveja que da lugar a cada madeja. [...]
Texto: Plumed Lucas / Fotografía: Wooldreamers