• La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO)otorga 3 certificados SIPAM (Sistemas Importantes del Patrimonio Agrícola Mundial) a España
• La Huerta de Valencia, los olivos del río Sènia y las Montañas de León han sido las zonas galardonadas
• Los SIPAM reconocen a aquellas áreas con actividades agrícolas tradicionales que fomentan la prosperidad socioeconómica de las áreas rurales a la par que protegen el medio ambiente

La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) reconocieron el pasado mes de mayo a la Huerta de Valencia, los olivos del río Sènia y las Montañas de León con el certificado de Sistemas Importantes del Patrimonio Agrícola Mundial (SIPAM), el máximo reconocimiento de la organización.

Los SIPAM son definidos por la FAO como “sistemas agrarios habitados por comunidades que viven en una relación intrínseca con su territorio. Estos sitios en constante evolución son sistemas resilientes caracterizados por una biodiversidad agrícola notable, conocimientos tradicionales, culturas y paisajes invaluables, gestionados de manera sostenible por agricultores, pastores, pescadores y poblaciones forestales de una manera que contribuye a sus medios de vida y seguridad alimentaria”. En suma, la FAO reconoce aquellas prácticas agrícolas que crean medios de desarrollo en sus zonas rurales y, al mismo tiempo, combinan biodiversidad, ecosistemas resilientes, tradición e innovación.

España, tercer país con máximos reconocimientos

En la ceremonia que tuvo lugar este año, la FAO entregó los certificados SIPAM a 24 ecosistemas reconocidos desde el 2018 y que se distribuyen en 12 países de Europa, América, África y Asia. No en vano, desde 2005 la FAO ha designado 74 sistemas del patrimonio agrícola en 24 países.

Respecto a España, la FAO ha distinguido a los cultivos de olivos milenarios del entorno del río Sènia (en Tarragona, Castellón y Teruel), el riego histórico de la Huerta de Valencia y el pastoreo de las montañas de León. Gracias a ellos, España se convierte en el tercer país del mundo con más sistemas reconocidos por la organización de las Naciones Unidas, tan solo detrás de China y Japón.

Recordemos que previamente habían sido reconocidos en nuestro país el sistema de producción de sal de Añana y el cultivo de uva pasa malagueña en la Axarquía.

Sistema agrícola olivos milenarios (Sènia)

El “Territorio del Sènia” se encuentra en la zona donde confluyen la Comunidad Valenciana, Cataluña y Aragón. Este territorio incluye 27 municipios españoles, y cuenta a la vez con la mayor concentración de olivos milenarios en el mundo. La existencia de 5.000 olivos centenarios ofrece a las comunidades locales numerosas oportunidades para el desarrollo rural: producción de aceite, “oleoturismo” y desarrollo de cooperativas.

La producción anual media de aceite de oliva en el área se estima en más de 12.000 toneladas.

Sistema de riego histórico en l'Horta de Valencia

La Huerta de Valencia (L’Horta de Valencia) cubre una superficie de 28 km², incluyendo la “Huerta Histórica” y una sección del Parque Nacional de la Albufera. Está formada por un sistema de cultivos regados por el río Turia mediante canales y acequias, que ha mantenido sus características tradicionales en una región costera densamente poblada y paisajísticas desde la época de Al-Ándalus (la España islámica).

L'Horta, gracias al sistema de irrigación, proporciona productos agroalimentarios a través de 6.000 explotaciones agrícolas familiares, incluidas 10 pesquerías. Este sistema es un ejemplo de producción adaptada a las condiciones climáticas, que puede servir de inspiración a los sistemas que acusen serios problemas derivados del cambio climático.

Sistema pastoril de las montañas de León

En la Sierra de León, los ecosistemas se han mantenido durante siglos contribuyendo directamente a la seguridad alimentaria y el sustento de las comunidades locales. Las especies animales locales han sido domesticadas para adaptarse a las características ambientales y sociales del territorio que conforman la Sierra de León.

La diversidad de usos del suelo con bosques (castañares, hayedos, abedules, enebros, robledales...), pastos y zonas de cultivo moldean un perfecto espacio de convivencia entre agricultura, ganadería, silvicultura, recolección, caza y pesca de gran valor agroecológico.