La invasión de Ucrania por parte de Rusia y la guerra que ha provocado tienen una repercusión sobre el medio rural, en especial por el lado de la producción agrícola, ganadera y pesquera. El encarecimiento de los combustibles y de la energía en general y la alteración del mercado de insumos, como piensos, fertilizantes y abonos, y de alimentos que exportamos y/o importamos de la zona de conflicto han hecho que el Gobierno de España active medidas de ayudas para determinados sectores.
El 30 de marzo de 2022, se publicó en el BOE el Real Decreto-ley 6/2022, de 29 de marzo, por el que se adoptan medidas urgentes en el marco del Plan Nacional de respuesta a las consecuencias económicas y sociales de la guerra en Ucrania. Uno de los cuatro capítulos de esta norma incluye medidas dirigidas a los sectores agrícola, ganadero y pesquero y otro al refuerzo del tejido empresarial de actividades críticas del sector primario. En ambos casos el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación (MAPA) es el responsable de poner en marcha y conceder las ayudas planteadas en los dos bloques de medidas.
En total, el MAPA destinará 430 millones de euros en ayudas directas y subvenciones, que se reparten en 193,5 millones para el sector agrario y ganadero, 169 millones para el productor de leche y 68 millones para los de la pesca extractiva y acuícola. Con anterioridad al real decreto español, el Consejo de Ministros de Agricultura y Pesca de la Unión Europea activó por el mismo motivo el fondo de crisis de la Organización Común de Mercados Agrarios. Gracias a esta decisión, de los 193,5 millones de la primera partida, España recibirá 64,5.
Ante el aumento del precio del gasóleo varias organizaciones ecologistas reafirman la necesidad de caminar hacia un modelo de producción agraria que minimice el consumo de combustibles fósiles.
Sobre la medida de la CE para que los Estados miembros puedan derivar hasta un 5 % del presupuesto de sus fondos FEADER a ayudas directas a los agricultores, el comisario de Agricultura, Janusz Wojciechowski, declaró que es un apoyo “para que puedan seguir produciendo los alimentos que el mundo necesita”.
La puesta en producción de tierras destinadas a barbecho, hasta 600.000 hectáreas, es una medida excepcional para permitir aumentar la producción de piensos.
