• La Misión de la Unión Europea “Un acuerdo sobre suelo para Europa” va orientada a construir un marco eficaz para la protección y restauración del suelo
• La nueva PAC se centrará en fomentar prácticas agrarias que potencien la agricultura de carbono
• La “Estrategia del suelo de la Unión Europea para 2030” anuncia una nueva Ley de Salud del Suelo para 2023 para garantizar la protección y salud de los suelos

Los suelos son un recurso escaso y no renovable. Se necesitan cientos de años para generar un centímetro de tierra vegetal que puede consumirse en un par de años o menos. Los suelos son, pues, la base para una alimentación nutritiva y saludable, pero también son los salvaguardas del medio ambiente: regulan los ciclos del agua, albergan biodiversidad, ciclos de nutrientes, ayudan a mitigar el clima y aportan con sus paisajes aspectos culturales a la sociedad. Sin embargo, entre el 60 y el 70 % de todos los suelos de Europa no son saludables debido a las malas prácticas de gestión, la contaminación, el cambio climático y la edificación sobre los mismos.

Ante esto, la Unión Europea puso en marcha la Misión 'Un acuerdo sobre el suelo para Europa'. Las “Misiones” de la UE son estrategias del programa marco de investigación Horizonte Europa para resolver los principales desafíos sociales a través de distintas acciones y disciplinas, destinadas a lograr un objetivo medible y dentro de un plazo temporal establecido. En el caso del “Acuerdo sobre el suelo para Europa”, ésta se integra dentro del Grupo 6 ''Alimentos, Bioeconomía, Recursos Naturales, Agricultura y Medio Ambiente'' del Programa Horizonte Europa.

Objetivos de la Misión

El objetivo principal de la Misión 'Un acuerdo sobre el suelo para Europa' es establecer 100 laboratorios (“living labs”) para liderar la transición hacia suelos más saludables en 2030. Dichos laboratorios tienen la función de crear conocimientos y soluciones reales para los problemas del suelo.

Sus hallazgos han de contribuir a:

• Reducir la desertificación
• Conservar las reservas de carbono orgánico del suelo
• Detener el sellado del suelo y aumentar la reutilización de suelos urbanos
• Reducir la contaminación del suelo y mejorar su restauración
• Prevenir la erosión
• Aumentar la biodiversidad del suelo
• Reducir los impactos en los suelos europeos
• Sensibilizar a la población sobre la importancia vital de los suelos

La Misión está alineada con los objetivos del Pacto Verde Europeo sobre agricultura sostenible, resiliencia climática, biodiversidad y contaminación cero, así como con la Visión a largo plazo para las zonas rurales, la cual está integrada dentro de la nueva PAC pues pasa a recoger los intereses del pilar agrario y rural.

La nueva PAC y los suelos

Más concretamente, la figura de los ecorregímenes dentro de la nueva PAC es la que está orientada a contribuir a los objetivos de las estrategias europeas sobre el suelo. Los ecorregímenes son unas prácticas concretas, que cubren todos los usos posibles del suelo, es decir, pastos permanentes y temporales, tierras de cultivos herbáceos y tierras de cultivos permanentes.

Al adoptarlos – de manera voluntaria por el agricultor y además retribuidos de forma extra por la nueva PAC - se puede escoger entre las prácticas que más interesen según el modelo de explotación. Sobre una misma hectárea, sólo podrá computar una práctica y, aunque en algún caso se puedan realizar dos prácticas sobre una misma parcela (por ejemplo, rotación y siembra directa), se recibe la ayuda una sola vez.

Así, se puede elegir entre:

A) Agricultura baja en carbono: orientada a mejorar la estructura de los suelos, reducir la erosión y la desertificación, aumentar el contenido en carbono de los mismos y reducir las emisiones. Puede ser a través de pastoreo extensivo (en pastos permanentes y pastizales); siembra directa (en tierras de cultivo); cubierta vegetal espontánea o sembrada (en cultivos leñosos) o cubierta inerte (en cultivos leñosos).

B) Agroecología: orientada a favorecer la biodiversidad asociada a espacios agrarios, los paisajes y la conservación y la calidad de los recursos naturales, agua y suelo. En esta práctica, se puede cultivar a través de islas de biodiversidad o siega sostenible (en pastos permanentes y pastizales); rotación de cultivos con especies mejorantes (en tierras de cultivo) o establecimiento de espacios de biodiversidad o gestión del agua (tierras de cultivo y cultivos permanentes, incluidos los cultivos leñosos).