La Asociación Cultural Grío es una entidad sin ánimo de lucro que nace en 1989 en Codos (Zaragoza). Después de más de treinta años al pie del cañón, ha sido reconocida con el Premio de Excelencia a la Innovación en la Diversificación de la Actividad Económica en el Medio Rural o Zonas Costeras Rurales por el proyecto Salvemos la R de Rural. Sus objetivos son fomentar el empleo de mujeres y jóvenes, integrar a los menores tutelados en el medio rural, conservar la población mayor, y mantener servicios esenciales activos.
Los ojos de Yolanda Vicente brillan cuando habla de Codos, su pueblo, y de los proyectos que ha sacado adelante la asociación que preside. Recuerda que al principio la gente no creía en ellos: “A ver qué van a hacer los culturetas estos, nos decían”. Empezó a trabajar como monitora de tiempo libre con los críos del pueblo, pero tanto ella como sus compañeros tenían claro que necesitaban desarrollar proyectos productivos que les permitiesen quedarse a vivir en el pueblo. “Veíamos que la zona y los recursos naturales se podían explotar y por eso uno de los primeros proyectos que sacamos adelante fue la granja-escuela Casón de la Ribera”. Organizaban campamentos y, aparte de escolares de Zaragoza y Calatayud, los Gobiernos de Aragón y La Rioja enviaban niños del Sistema de Protección de Menores.
Comprobaron que los chicos en el campo eran felices y presentaron un proyecto para atenderlos. “Después de varios intentos nos lo concedieron en 1997”, señala. Desde entonces, su día a día son los niños. “Trabajar con ellos es lo más gratificante”, afirma ilusionada. “La mayoría vienen con trastornos afectivos y problemas de conducta, muchos son huérfanos… Codos les ofrece un lugar donde pertenecer, donde integrarse, y nuestros abuelos son los mejores profesores”, reconoce.
Niños de la Asociación Cultural Grío frente a Tobed (Zaragoza), en una actividad de su granja-escuela Casón de la Ribera. (Foto: Asociación Cultural Grío).
La asociación tiene en Codos (Zaragoza) el complejo para mayores La Lonja. El centro de día ayuda a mantenerlos activos, aunque su planteamiento de trabajo hace que la residencia “sea todo el pueblo”. (Foto: Asociación Cultural Grío).