Sobre la base de un análisis riguroso y detección de las principales necesidades del territorio, contiene una estrategia de desarrollo que aúna competitividad agraria y generación de empleo con la conservación de los recursos naturales, la acción por el clima, la innovación y el enfoque LEADER. A través de sus catorce medidas se ha dispuesto un reparto de fondos entre prioridades de desarrollo de la UE acorde a las características del territorio.
Se pone especial énfasis en la restauración, preservación y mejora de los ecosistemas relacionados con la agricultura y la silvicultura, en la promoción de la eficiencia de los recursos y en el paso a una economía baja en carbono, capaz de adaptarse al cambio climático.
En términos de gasto público, las cuatro mayores medidas del programa son, en primer lugar, las inversiones en activos físicos, con una dotación de 141.936.980,44 euros. Con ello se incentivan actuaciones de modernización y mejora en explotaciones agrarias, de transformación, comercialización y/o desarrollo de productos en industrias agroalimentarias y de infraestructuras relacionadas con la agricultura y silvicultura.
En tercer lugar por cuantía del gasto aparecen las inversiones en el desarrollo de zonas forestales y mejora de la viabilidad de los bosques. Dispone de 26.603.500 euros para ayudas a la creación de superficies forestales, a la prevención y reparación de daños por incendios, desastres naturales y catástrofes, a las inversiones en ecosistemas que incrementen su capacidad de adaptación y valor medioambiental y en tecnologías de transformación, movilización y comercialización de productos forestales.
Por último, el desarrollo de explotaciones agrícolas y empresas se lleva el cuarto presupuesto más dotado. Sus 21.654.323,53 euros apoyan la instalación de jóvenes agricultores, la creación de empresas no agrarias en las zonas rurales y sus posteriores inversiones.
En línea con las orientaciones comunitarias al respecto, el programa refuerza la cultura de la evaluación y se orienta a los resultados, disponiendo de una batería de objetivos que permitirá analizar o medir el logro de sus previsiones y eficacia.
Finalmente, cabe destacar que la innovación se contempla, especialmente, en la medida de Cooperación, a través del apoyo a proyectos piloto que permitan conectar la oferta científico-investigadora con las demandas del sector y la orientación del mercado, así como el desarrollo de nuevos productos, procesos y tecnologías.